Que es lo que contamina al hombre dice el Señor, no son las cosas externas como los fariseos que solo se fijaban en cumplir las reglas establecidas digamos el protocolo, como el de lavarse las manos y todos los rituales y tradiciones que se practicaban en esos tiempos, pero para el Señor eso era bueno pero no lo más importante, El nos enseña que es lo mas importante y que es realmente lo que contamina al hombre, es lo que sale del corazón .
En Mateo 15
7 Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo:
8 Este pueblo de labios me honra;
Mas su corazón está lejos de mí.
9 Pues en vano me honran,
Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres.
Dice su corazón esta lejos de mí, eso es lo que le preocupa al Señor cuando nuestro corazón se aleja de Dios, no disponer el corazón a buscarle sea en oración, la meditación de su palabra, en la congregación adorandole en espíritu y verdad, porque de esa forma El Señor podrá renovar, limpiar nuestra mente y corazón, no es solamente adorarle de labios para fuera sino realmente con la necesidad de llegar a su presencia, a su trono de gracia.
Es cuando la palabra llega a buena tierra y pone raíces, a su tiempo florecerá dando buenos frutos de bendición.
El Señor quiere cambiar nuestro modo de pensar, quiere renovar, restaurar, sanar nuestros corazones para dar dignos frutos de arrepentimiento y sanar nuestra tierra.
En Mateo 13:15
Y con los oídos oyen pesadamente,
Y han cerrado sus ojos;
Para que no vean con los ojos,
Y oigan con los oídos,
Y con el corazón entiendan,
Y se conviertan,
Y yo los sane.
En la iglesia muchas veces no estamos entrando a su presencia de Dios en el espíritu con esa disposición de corazón, si no solamente tratamos de cumplir con el protocolo, como en aquellos tiempos de los cultos de los judíos, había muchos rituales como el de lavarse las manos u otras formas de presentarse, pero eso no cambia los corazones porque no tiene poder para hacerlo, por eso dice el Señor es necesario que me busquen en espíritu y verdad porque tales adoradores busco que me adoren, es entrar en la misma presencia de Dios en el espíritu, por que Dios es Espiritu, entonces hay una conexión Espiritual.
Es el Espíritu Santo rompiendo todo yugo de esclavitud de pecado, rompiendo toda atadura u opresión, El restablece nuestro entendimiento, renueva y sana nuestros corazones.
17 ¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al vientre, y es echado en la letrina?
18 Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre.
19 Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.
20 Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre.
Por eso dice el Señor que cuidemos nuestro corazón, buscándole, sirviéndole, escudriñando las escrituras, cuidando nuestra mente de no contaminarse con las enseñanzas que no proviene de la palabra de Dios, el saber discernir el bien del mal, el buscar del el alimento espiritual, es crecer en el conocimiento de la palabra, en Salmos 1, dice Meditad en mi palabra de día y de noche y serás como árbol plantado junto a corrientes de agua que da su fruto a su tiempo y todo lo que hace prosperará, es la voluntad de Dios que aprendemos de la sana doctrina, que meditemos en ella porque la palabra de Dios es como el agua, que purifica, y hace crecer como ese árbol robusto que tiene sus raíces bien impregnados y establecidas en la mente y corazón.
Entonces podemos controlar nuestros pensamiento con la palabra de Dios guardada en el corazón y caminar en su sabiduría, en su prudencia, caminar como sabio y no como necios dice la palabra, esa sabiduría que viene de lo alto, como dice en Santiago 3: 17-18
17 Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.
18 Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.
En Proverbios 4: 23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón;es
Porque de él mana la vida.
Guardar el corazón porque de él mana la vida, es guardar mis pensamientos con la palabra de Dios, porque muchas veces el diablo va tirar dardos de confusión y desesperación a nuestra mente, y si no tenemos esa espada que nos defienda, seremos presa fácil de sus maquinaciones y eso es lo que contamina al hombre, esos malos pensamientos, que son los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias, esto es la concupiscencia. (malos pensamientos).
En santiago 1: 13 – 15
13 Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie;
14 sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.
15 Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.
Porque cuando no tenemos a Dios como el pastor de nuestra vidas, es mas fácil de contaminarse y contaminar a la familia, que diremos de la ciudad o pais, los malos pensamientos que viene del corazón quiere dominar nuestro carácter y controlar la boca , maldiciendo , blasfemando, y no solo la boca si no todo tipo de pecado, por que separados de Dios nada somos, es cuando el pecado se manifiesta de distintas formas y trae consecuencias nefastas.
Por eso guardar el corazón con la palabra de Dios y su Santo Espíritu, es muy necesario, por que de el mana la vida, la paz, las bendiciones, los frutos del Espíritu Santo:
Salmos 119:9
9 ¿Con qué limpiará el joven su camino?
Con guardar tu palabra.
10 Con todo mi corazón te he buscado;
No me dejes desviarme de tus mandamientos.
11 En mi corazón he guardado tus dichos,
Para no pecar contra ti.
12 Bendito tú, oh Jehová;
Enséñame tus estatutos.
13 Con mis labios he contado
Todos los juicios de tu boca.
14 Me he gozado en el camino de tus testimonios
Más que de toda riqueza.
15 En tus mandamientos meditaré;
Consideraré tus caminos.
16 Me regocijaré en tus estatutos;
No me olvidaré de tus palabras.
Amen.